No estaba muerto, que estaba de parranda… Erróneamente dimos por abandonado al italiano Pedro en la primera etapa del Rally de Asturias Histórico, cuando la realidad distaba mucho de esa situación. Efectivamente, el transalpino había vivido un día de perros, pero no lo suficiente como para tirar la toalla. Pedro alegaba motivos relacionados con los neumáticos, la transmisión, suspensión, el embrague… una larga retahíla con una palabra clave entre medio, “el desconocimiento de este rallye”. Vamos, que los tramos pravianos les cogieron con el pié cambiado y el sábado fue un día de remontada.
. Torcua, sus «pupilos» y un Mora desaforado
A falta de un tramo para la conclusión de la prueba el Lancia Delta Integrale ya estaba a un par de segundos del Porsche de Carlo Marenzana, “entonces miré a Manu -su copiloto- y le dije, ¿vamos a por ello?, él me contestó que sí, nos tiramos y ganamos la carrera por once segundos de ventaja”. Y así, la media sonrisa del viernes -este tipo bon vivant no pierde el sentido del humor ni dentro de una tormenta- se convirtió en una alegría inmensa por el nuevo título continental que acababa de conseguir en Asturias. El año fue difícil para Pedro, pero más por errores propios que por aciertos ajenos. A Massimo se le atragantó el Delta a principio de temporada, además de las citas italianas de este certamen, precisamente allí donde tendría que dar el do de pecho. Está claro que su ritmo es muy superior al resto, equipos con más objetivos de divertirse que de complicarse la vida en tramos cronometrados, y a poco que se lo proponga podría seguir ampliando su reinado.
Este broche de oro todavía tendrá continuidad en el Rally Legend de San Marino de la próxima semana, al que acudirá con su ya conocido Lancia Rally 037, y el Monza Rally Show… se apunta a un combate.
A otro nivel, el asturiano Daniel Alonso también aprovechaba la prueba de casa para dejar sentenciado el título en la Categoría 4 del Campeonato de España de Rallye de Velocidad para Vehículos Históricos, con recuerdo y dedicatoria para Salva Belzunces. Hubiera sudado mucho -o más bien probablemente habría sido imposible- para conseguir la victoria en caso de haber seguido en carrera el local Lolo García. A los mandos de un Sierra Cosworth 4×4 cedido por el equipo MMR, el praviano disfrutaba de una carrera en la que su ventaja con respecto al resto de rivales le dejaba en una situación muy cómoda para tener el pescado vendido en esta prueba. Pero en la última sección un inoportuno problema con la transmisión echó al traste con ese objetivo.
Con tanto baile, Toño Sainz se afianzaba en la segunda posición y Alberto Monarri en la tercera de esta clasificación; un buen premio para el madrileño que nunca había participado en esta disciplina, con un coche que desconocía (el mismo Sierra Cosworth que usó Ferreiro en el Rallye de Extremadura Histórico) y con un pinchazo que le hizo perder mucho tiempo, aunque como las diferencias son tan grandes entre equipos, ello no afectó a su podio final.
No hay clasificación final combinada en este tipo de pruebas para vehículos históricos y todo va por compartimentos estancos, porque en tal caso lo de Manuel Mora, mejor equipo del regional asturiano, volvería a ser otra demostración de poderío local. Vale que conoce los tramos, que corre casi en casa y demás historias… pero es que ese Peugeot 205 Rallye no daba más y con el pedal a fondo o telegrafiando con el pie derecho mensajes de advertencia en cada curva, el de la localidad de Grado se habría situado en una hipotética ¡primera posición! de una también hipotética clasificación general, con más de tres minutos de ventaja sobre Pedro y de casi cuatro en el caso de Daniel Alonso. Cuanto menos, da que pensar…