WRC 2012. Rally Catalunya. Diario de viaje

| 09/11/2012

Calçot es una una variedad de la cebolla. Es típico de la zona interior de Cataluña, pero especialmente de las Tierras del Ebro y la comarca del Alt Camp.

Es uno de los platos típicos de la gastronomía catalana, muy consumido a finales de invierno con salsa romesco,
completando con un segundo plato compuesto por carnes y butifarras típicas. El calçot de Valls, con D.O., se caracteriza por una longitud de 15 a 25 cm (parte blanca) y un diámetro, medido a 5 cm de la raíz, de entre 1,7 y 2,5 cm.

Se consumen solo los tallos jóvenes que forman la base de las populares ‘calçotades’ que se celebran en Cataluña, donde se consumen asados preferiblemente y tienen que hacerse sobre la llama viva, no hay que esperar a que se haga brasa que es como se asaría la carne. Una vez hechos cuando las capas exteriores están negras y entreabiertas, se envuelven en grupos de 25 aproximadamente en papel de periódico y se dejan como mínimo una media hora para que acaben de cocerse con su propio calor. Se comen pelando las capas exteriores y untando el calçot acompañados de una salsa denominada ‘salvitxada’ o también con salsa de romesco.

La verdad es que liado tratando de sacar adelante la undécima edición de IMÁGENES DE RALLY y los consabidos retrasos ‘por h o por b’ de la biografía de Antonio Zanini o el libro de mi malogrado amigo Aldo Seregni ‘Vita da Rally’, no había hecho mucho caso al recorrido del RallyeRACC ni a los comunicados del mismo. Después de pasar domingo y lunes en Escocia probando bajo un sol radiante el Jaguar XF Sportbrake apenas estuve un día en casa solventando asuntos urgentes antes de ir a recoger a la filial de Citroën en Barcelona un vehículo que en lugar del consabido DS3 pasó a ser un C4 Aircross HDI de 150 CV diesel con el que recogí a Julián González procedente de Bilbao y a Manrico Martella desde la ‘Dolce’ Roma, previo paso por casa para recoger el equipaje.

Después de recoger los pases y pasar por el hotel la única cita era la cena de despedida de Ford que sustituyó a una que había organizado para los fotógrafos con pase permanente del WRC como cierre del año. Así que la marca del óvalo nos invitó, fusionando igualmente el tradicional encuentro con Eva Vicente y Victor Piccione, de Ford España, con los que compartí mesa junto a la gente del RACC con el director de carrera Amán Barfull que antes del primer plato andaba liado con sus dos teléfonos tratando de que el podio frente a la catedral de Barcelona quedase a punto.

El discurso de Malcom Wilson como cierre a 16 años encargado de las actividades de Ford en el Mundial de Rallyes resultó convincente y emotivo, relatando los grandes momentos vividos como el tener que impartir las órdenes de equipo a Juha Kankkunen y Carlos Sainz en el Rallye Acrópolis de 1996…

El jueves por la mañana dude de acudir al shakedown a primera hora temeroso de no encontrar la luz justa, pero al final ese no fue el caso y me quedé las dos pasadas más la tercera de cualificación. Al final, sin esforzarse, Sébastien Loeb marcó el mejor crono delante de Evegny Novikov con el Ford Fiesta WRC calzado con neumáticos Dmack…., mientras que Dani Sordo solo pudo ser séptimo con su Mini, premonición y ojalá me equivoque que el cántabro a duras penas podrá estar en el podio.

Por la tarde, eso sí, decidí no desplazarme hasta Barcelona para la ceremonia de salida delante de la Catedral, para no correr el riesgo de quedarme a dormir en casa…

Mañana, toca volar para ver el segundo y tercer tramo, si la lluvia que se pronostica no lo impide.

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