WRC 2010. RallyRACC. Road Book 1

| 22/10/2010

La tierra en el Rally de España era más que bienvenida. No obstante la lejanía de los tramos de la base en Salou implicaba que los horarios de los bucles matinal y vespertino eran no excesivamente buenos para disponer de buena luz dado que además el intervalo entre ellos se alargaba ¡seis horas! para dar tiempo a los participantes a volver a Port Aventura. Más fácil hubiera sido un Remote Service que hubiera posibilitado tres pasadas por tramo y un ritmo mucho más vivo. Que vayan tomando nota Aman Barfull & Co. …

Pero al final, pese a la luna llena, la niebla se convirtió en la protagonista. No solo eso en el pueblo de La Fatarella resultaba imposible encontrar el “Camí dels Valencians” que llevaba a la ermita de San Francisco. Y el punto GPS que nos facilitó la organización era erróneo, total que pese a tener un margen de algo más de una hora acabamos padeciendo teniendo que preguntar al final en el bar donde habíamos desayunado. Había niebla en la salida e incluso en el tercer tramo que se disputaba hora y media después por lo que había que tomar rápidamente una decisión. Al final, de perdidos al rio y hasta la ermita.

Como era la etapa de tierra no rezamos ninguna oración a Sant Francisco y me decidí por los olivos cercanos que permitían varios y distintos puntos antes de volver a Salou y la asistencia del mediodía ya que Luis Porro de Citroën España me había ofrecido la posibilidad de volar en helicóptero por la tarde. Y poder estar en los tres tramos seguidos dada la casi imposibilidad de ver dos en coche eran como un bombón de chocolate. Pero ya decía Forrest Gump aquello de que ‘la vida es como una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar”. En el primer tramo, finalmente con sol, el punto de aterrizaje me dejó en una cañada, pero en el segundo el piloto del helicóptero, cual águila aterrizó en su nido en una roca desde donde había que bajar en parapente…., total que dado que además la luz no era ideal hice como mis compañeros disfrutar de la acción y poner un ERE a mis Nikon. Por último, en el tercer tramo, una simple y larga recta, sin acción, pero con la luz justa y gente de ambiente: quien no se contenta es porque no quiere.

De vuelta a Salou, entrada del helicóptero a nivel del mar tipo ‘Apocalypse Now’, pero los resultados deportivos, en especial los de Dani Sordo, no eran como para poner la música de Wagner. Pero para eso ya está el Telex…

Fins demà

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