Rallye Sur do Condado: Lo que pudo ser y no fue, y un error que se pagó caro

| 11/07/2016

Cuando uno tiene la suerte de cara pues la tiene, eso está demostrado que es así; mientras los adversarios tienen que conformarse peleándose entre ellos. Este sábado en la tercera cronometrada de la última sección de la matinal del Rallye Sur do Condado, cuando Alberto Meira sufría un pinchazo en una de las gomas del Mitsubishi Evo X, quedó claro que tenía el día. Llegaba al tramo que marcaba el ecuador de la prueba con un margen de treinta segundos sobre el Suzuki Swift R+ de Gorka Antxustegi. Faltando un par de kilómetros para la línea de meta sufría un leve pinchazo, que le permitía concluir la especial cediendo menos de veinte segundos respecto al crono de la primera pasada. Podía haber quedado pegado en la clasificación el piloto de Suzuki Ibérica, incluso por delante todo dependería del crono, pero el motor quiso jugar en contra parándose por veces, dejando vía libre a Meira, que afrontaría la tarde con un colchón de un minuto sobre el segundo. A partir de ese momento, y salvo catástrofe, la victoria pararía en las manos de Alberto, que controló la situación hasta el final, confesando para los micrófonos de la radio al término, que había empleado la inteligencia conservando la mecánica, dejando metros de margen en las frenadas… lo que le había propiciado incomodidad al volante.

Iago Caamaño partió desde el parque cerrado por la mañana a bordo del Ford Fiesta R5 de RMC Motorsport como líder por puntos del Campeonato Gallego. Sabía que en condiciones normales la falta de conocimiento de unas carreteras que para Meira poco menos eran que el pasillo de casa, como se suele decir, le dejaría casi sin opciones, aunque en los dos primeros tramos de carrera marcó un ritmo más que decente. En los nueve kilómetros de Ponteareas, cuando rodaba a décimas del piloto oficial del Suzuki Repsol, tenía una salida de carretera dejando el coche de tal manera que sólo una grúa podía devolverlo a ella, teniendo que abandonar, a pesar de estar la mecánica en perfectas condiciones para continuar. Un percance que le hace ceder la primera plaza del certamen.

Lo realmente emocionante para los aficionados, e incluso para el vencedor que bromeó en algún momento diciendo que estaba disfrutando viendo como luchaban por un neumático que él mismo distribuirá, fue el mano a mano entre Félix Macias y Jorge Pérez. Corrieron durante toda la jornada con el cuchillo entre los dientes. Muchos creían que no podían dar más de sí. Jugándose el segundo puesto del rallye, y simultáneamente la victoria en la Copa Pirelli, en un cruce de la especial que cerraba la competición el del Renault Clio R3 tenía un error de conducción que le obligaba a decir adiós a toda opción de ganarle la partida al del Subaru Impreza.

Los jóvenes demuestran cada día que pasa que están ahí en una segunda línea de combate pero por poco tiempo. Aunque eso mas bien lo dirá el presupuesto de cada uno. Iago Silva tenía muchas papeletas para estar marcando tiempos de monturas superiores. Y llegó a marcar un segundo mejor crono. Perdió un poco en los tramos de después del parón del mediodía, y él mismo desistió, sin embargo podría haber ejercido mucha presión por el segundo cajón del podio. Javier Pardo acudió para continuar acumulando experiencia en una superficie en la que no tiene mucho rodaje, se sabía que estaría entre los quince mejores, aún así llamó la atención ver como en unos tramos que requieren confianza saldó la participación metiéndose de lleno en el grupo de los diez primeros.

Por el medio, jugando con la baza de conocer las posibles trampas que escondían los más de cien kilómetros bajo el cronómetro, Carlos Araujo consiguió estar ahí todo el día. En una de las varias esporádicas participaciones que efectúa a lo largo de la temporada Pedro Tapia quedó a las puertas de superarle. Unos diez segundos tuvieron la culpa. Demostraron que no es necesario llevar una gran máquina ni correr todos los meses para poder rendir a un buen nivel. Justo eligieron un día en el que las temperaturas rondaban los cuarenta grados centígrados.

Exprimiendo al máximo las pequeñas monturas que llevan en las manos, los pilotos de las copas monomarcas volvieron a mantener algún que otro cara a cara entre ellos. Álvaro Méndez se llevó el gato al agua en el Volante FGA, por delante de Álvaro Pérez, que cerró el top ten. Más retrasados, principalmente por las prestaciones de las mecánicas; Pablo Moledo sumó una victoria en la Pirelli AMF; Borja Acuña subió a lo más alto del podio de la Seguro por Días; e Iván Cid fue el ganador de la Copa Iniciación Recalvi, que finalizó un único piloto más.

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