Con un total de de 16 cronometradas, algunas de ellas rapidísimas -de esas que ponen a prueba la resistencia de motores- tan solo hacía falta un poco de calor para que las bajas se empezasen a notar en el VII Rally de España Histórico.
Calor, lo que se dice calor, no fue exagerado, pero del resto hubo para todos y en un descarnado baile de bajas el asturiano Marcos García logró sortear sus propios problemas mecánicos para hacerse con la victoria en la clasificación general absoluta del Campeonato de España, primera también de la categoría 4.
Un embrague en las últimas y un fallo en la bomba de combustible permitió que, por un momento, la carrera viviese un vuelco y al líder del Ford Sierra Cosworth se le acercase peligrosamente el catalán Xavier Domenech (pensando más en los puntos y el Campeonato que en victorias parciales), si bien un problema en el motor de su BMW M3 le apartaba definitivamente de la carrera en el último tramo.
Para entonces el gallego Fernando Piñeiro ya estaba fuera de juego tras rompere una llanta de su Porsche 911 Turbo en el rápido tramo de Las Lanchas. Así que entre unos y otros, y tras un Marcos rápido desde el principio, Toño Sainz tiraba también de regularidad y ritmo -y eso que ha estado un tiempo ausente de la competición- para hacerse con la segunda posición de la general; y Manuel Gómez con la tercera, armado con un Audi Quattro que, no obstante, terminaba con algunos «problemillas» y a más de 8 minutos del líder.
Por cierto, Sainz hizo doblete después de año y medio sin terminar un rallye. Dos segundos puestos, en el Nacional y en el europeo FIA, donde secundó al Lancia 037 de Serge Cazaux. El francés no se apeó del liderato ni se despeinó durante toda la carrera.
Curiosamente ninguno de los destacados en el Rally de España parece va a dar continuidad a este resultado a lo largo de lo que queda de Campeonato. Marcos García asegura estar preparando su asalto en 2016; Toño Sainz aún podría disputar un par de pruebas más a la vuelta del verano.