Como diría el ácido Groucho Marx, él es la otra parte contratante de la parte contratante del Volkswagen Polo N1 con el que Amador Vidal se ha proclamado Campeón de España de Tierra en esta temporada 2014. Javier Ramos: piloto y empresario. Dirige Disiclin, empresa dedicada a la fabricación de productos de limpieza, pero también uno de los principales artífices, en colaboración con otros patrocinadores, que han impulsado una temporada para recordar en el seno del equipo AR Vidal.
Nuestro protagonista disfruta tanto corriendo -”cuando me lo permite el trabajo”- como viendo correr, de ahí la estrecha relación que mantiene desde hace años con el preparador de Pasarela. De Javier muchos aficionados gallegos recordarán un Citroën Saxo amarillo y con preparación pseudo kit car con el que logró algún resultado destacado, como un sexto puesto en el Rallye do Cocido del Campeonato Gallego -el más cercano a su casa-. “Un coche”, recuerda Ramos, “que corría mucho pero que también enseguida había que revisar porque se rompía”. Después llegó un Subaru Impreza, que todavía pulula por las asistencias de AR Vidal, “menos potente que los Evo y quizá más caro de preparación, pero para mí de lo mejor; más equilibrado que el Mitsubishi”, y finalmente los Evo que de forma puntual alquilaba para disputar cada vez menos pruebas de lo que deseaba.
Con todo, siempre que puede no se pierde una, así sea como aficionado, y aunque es un tipo que trata de mantenerse en un segundo plano, su presencia ha sido determinante para que el Polo se quedara en Galicia y para que fuese igualmente el coche con el que Amador consiguió el ansiado título. Lo curioso de la historia es cómo llegamos a este punto…
…“Fue todo casi sin pensarlo”, recuerda Javier, “un día estábamos comiendo en un restaurante, que precisamente también es patrocinador, cuando le propuse a Amador la idea de alquilar el coche a Eugenio Mantecón para disputar el Rallye do Cocido con algo distinto a lo habitual. Hablamos con él y nos reconoció que nunca había alquilado pero que lo haría si AR Vidal se hacía responsable. De la conversación surgió la propuesta de venderlo. Nos lo pensamos en la sobremesa y aceptamos. Ya era un poco tarde para marcharnos ese mismo día a por el coche, aunque al día siguiente ya estaba de camino a Galicia”.
Curiosamente, en la consecución del título de esta temporada también afectaron esos factores de variabilidad. “En principio no estaba planteado correr el Nacional de Tierra”, continúa contando el empresario gallego, “aunque por aquello de la cercanía, Amador quería salir al Rallye de Curtis. Su idea era hacerlo con un Evo, pero entre todos le convencimos de que utilizase el Polo, por la misma idea: correr con algo distinto. Se transformó el coche para tierra y ganó. Ello nos animó a ir a la siguiente prueba, en la que un vuelco a dos tramos del final impidió terminar en el podio. Tras esta situación se revisó el coche por completo y se evolucionó, eliminando algunos problemas que tenía, como el de frenos, ya que gastaba muchas pastillas. Así llegó el Bierzo, donde una nueva victoria nos empujó definitivamente a luchar por el título… que finalmente se consiguió, quitándose Amador una espina que tenía clavada de hace dos años, cuando también estuvimos presentes en este certamen pero sin suerte”.
Son muchos los ejemplos de pilotos muy estrechamente ligados a determinados patrocinadores; esa relación empresa-equipo que la mayoría de aficionados conoce y que incluso la prensa utiliza como sinónimo para no gastar el nombre del deportista. En el caso de Amador se cumple esa premisa; uno de los principales objetivos que busca cualquier esponsor para darse a conocer. Javier Ramos reconoce que “aunque no hemos estudiado el impacto publicitario de este resultado, entiendo que a la larga esta presencia será buena y tendrá reflejo en las ventas”. “Lo importante es transmitir una imagen de marca y en ese sentido empezamos a ser conocidos. Ahora incluso nos llaman muchos medios, que antes no lo hacían, para ofrecernos inserciones publicitarias”, comenta el responsable de Discilin con una sonrisa cómplice.
¿Y qué hay de 2015?. Javier avanza su deseo de que “Amador pueda repetir el año que viene el Nacional de Tierra. Va a depender de su disponibilidad y también de qué se hace finalmente con el coche. También me gustaría, ya por interés empresarial, que estuviese presente en el Rallye de Canarias del Nacional de Asfalto, también con el Polo, pero de momento son ideas muy lejanas en las que influyen muchos factores”.
– ¿y tú?, ¿correrás algún rallye?- le preguntamos…
– Alguno haré, me gustaría, pero también va a depender mucho de que mis ocupaciones laborales me lo permitan.
Por cierto, una última curiosidad. ¿Sabíais que Amador, Francis y todo el equipo celebraron el título en el podio de Riolobos con un champán 0,0?. Sí, un espumoso sin alcohol (también producen vino que no te deja piripi) de una empresa recientemente adquirida por Javier Ramos. Así se cerró el círculo.
