Todos tenemos desde pequeños algún sueño que queremos cumplir lo antes posible. El protagonista de estas líneas, Joshua Polo, tenía claro desde que apenas sabía hablar que algún día debutaría sí o sí. Varias semanas atrás consiguió ese deseo de la mano de la Diputación de Lugo, que organizó en plena época veraniega la quinta edición de la selección de pilotos a la que respalda, que permite participar en el Rallye San Froilán de forma gratuita.
El popular refrán que dice que a la tercera va la vencida parece que no va con Joshua. Pues necesitó repetir un total de cuatro veces la iniciativa impulsada por la institución pública. Hasta este año quedó siempre a las puertas del premio por algún tropiezo en la parte práctica. Además cree que cometió un pequeño error anteriormente acudiendo al evento rodeado de personas cercanas a él. “Las anteriores veces me acompañaron varios amigos, pero este año llegué a la conclusión de que podría ser mejor que me presentase allí sólo, porque así estaría más concentrado; y así fue. Mantuve la concentración en todo momento hasta el final”, reconoce.
“Cuando me enteré que había ganado se me pasaron por la cabeza muchas cosas. Pero quizá lo primero fue un ¡TOMA YA, LO HE CONSEGUIDO! después de tanto intentarlo, porque también me había presentado este año a la selección que organiza Breogán Motor, donde me quedé fuera por golpear un cono”, aclara. “En aquel momento también me acordé de mi padre que corrió, de la familia…”, añade.
Desde aquel día hasta como quien dice las horas previas al inicio del Rallye San Froilán intentó formarse lo máximo posible. “La verdad que toda la gente de la Escuela PTC, que gestiona una gran parte de esta magnífica iniciativa, me trató fenomenal. Hicimos tandas en el Circuito de A Pastoriza y un curso intensivo de notas. Creo que era lo más importante sinceramente, porque pienso que si ganas un volante es que te defiendes al volante, valga la redundancia; entonces les dije que quería machacar el tema de las notas”, confirma. “Y todavía tenían más importancia para esta carrera que sabíamos prácticamente que la mitad de ella la correríamos de noche”, recalca.
Probablemente, la propia carrera transcurrió mejor de lo esperado para él. Durante las secciones matinales rodó tranquilo conociendo poco a poco el Suzuki Swift Sport hasta que después del parón de mediodía empezó a coger confianza. “A parte de que llegamos al final mucho más rodados, por la mañana salí nervioso; el tiempo estaba de aquella manera… De noche bajamos mucho los tiempos; rodamos mucho más fuerte. Aunque marcamos peores cronos, por la mañana tenía todo más claro. Fuera de varios puntos críticos el resto eran zonas bastante sencillas. ¿Qué pasa? Que una vez que estás corriendo es otro mundo”, zanja.
Los pequeños detalles marcan la diferencia. Por ello según avanzaban los kilómetros fue puliendo algún aspecto de la conducción. “De cara al final de la prueba mejoré mucho las frenadas. Antonio Solórzano, que me acompañaba en el asiento derecho, me recalcaba que frenaba demasiado encima de lo sucio. Me decía que tenía que frenar fuerte pero antes. Le daba la sensación que frenaba bien pero no todo lo fuerte que debería. Es lógico, la primera vez que sales a correr tienes miedo de apurar la frenada, irte de frente…”, asegura.
Joshua cierra la conversación telefónica diciendo: “Cumplí un sueño que llevaba persiguiendo toda la vida pero espero que siga adelante. No me quiero estancar aquí”.