Sergio Vallejo y su primer Rallye Rías Baixas…

| 29/05/2014

…de eso ya ha llovido un rato. Año 1986. Vamos, para los que como yo se os dan mal las cuentas, hace 28 años. Por entonces Naranjito ya era zumo, Argentina ganaba la Copa del Mundo Fútbol en México frente a Alemania y España entraba en la que en aquellos años todavía se conocía como Comunidad Económica Europea.

Sergio Vallejo, nuestro protagonista en este artículo, cumplía 19 años. Apenas llevaba una temporada y algunas carreras en el certamen gallego de rallyes -«cuatro o cinco, si no me equivoco»- dentro de la Copa Panda, «con coches de poco más de 50 caballos», recuerda. Tras anunciarse la cancelación de esta copa y sin más objetivos que el de disfrutar, Sergio decide tomar parte en el Rallye Rías Bajas de aquel año. Lo hace con el mismo coche y en una prueba de la que, rememora, «se corría más tarde y el recuerdo que tengo es de que eran días de mucho calor. No lo tengo claro, pero salíamos con el dorsal 90 o 91. El rallye se disputaba en dos etapas. El viernes recorríamos los tramos cercanos a la localidad de Gondomar. Entre ellos el de Vincios – Villaza, del que siempre me acuerdo por su bajada final con horquillas. Era espectacular».

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Ese tramo, Vincios – Villaza, toca la fibra; la mía, por los recuerdos de un lejano Rías en el que, acudiendo una noche a los entrenamientos (en los que se juntaba casi tanta gente como el día de la carrera) y apostado en la primera horquilla de esa famosa bajada, siempre tendré guardado en la memoria ver aparecer en el altísimo rasante el Ford Sierra 2.0 muleto de Daniel Alonso, con faros cuneteros y a una velocidad endemoniada; pero también toca la fibra la de la Escudería Rías Baixas. Minutos antes de charlar con Sergio, el de Meira participaba en una mesa redonda con más pilotos del Nacional… y cuando sonó el ya histórico tramo, a los miembros de la organización se les iluminó la cara.

Pero volvamos a 1986. «En la segunda etapa», vuelve a tirar de archivo Sergio Vallejo, «el rallye se desplazaba al entorno de Mondariz. Los tramos eran más rápidos y allí había que jugársela más. Recuerdo que en esa etapa salíamos por orden de clasificación del día anterior y justo delante nuestro lo hacía un equipo francés con un Samba de aquellos que corrían bastante más que nuestro modesto Panda»… (Mensaje para los más jóvenes: no os sorprendáis, en aquellas ediciones el Rías contaba con equipos invitados de otros países, principalmente Francia y Portugal, pues meses antes miembros de la directiva se «pegaban el tute» y organizaban presentaciones en ambos países… pero esa ya es otra historia)

El caso es que los franceses del Samba estaban recibiendo «lija»: «les ganábamos en todos los tramos», sonríe Sergio recordando esa anécdota, «y al final nos hicimos amigos de ellos. Paulino Novo, mi primo y copiloto por entonces, hablaba francés, así que entablamos charla con ellos durante aquella etapa. Y en una de esas, en pleno momento de máxima confianza, nos pidieron abrir el capó del Panda para ver la preparación de motor que tenía… os podéis imaginar la cara de susto que pusieron cuando vieron aquel grandioso bloque de 900 centímetros cúbicos«.

Muchos años, muchos recuerdos… como aquella edición de 1988 en la que ganó el canario Medardo Pérez con el Lancia 037 y donde Sergio asegura haber marcado el mejor crono en el último tramo, «con el Peugeot 309… y con niebla». Probablemente, por entonces se gestó esa leyenda de su capacidad para ser más hábil que los dispositivos ILS de aterrizaje instrumental de los aeropuertos…

28 años después Sergio Vallejo sigue considerando el Rías Baixas «como uno de los mejores del Nacional, junto con el de Ourense. Ese pique sano que hay entre ambas pruebas les hace ser las mejores con diferencia. Del Rías siempre tengo esa sensación de que innovan, de que tratan de mejorar año a año, como con el tramo de Samil o el del Castro, pero también me da coraje y rabia ver como siempre la Escudería Rías Baixas tiene que pelear y pelear y que parece que no llega a sacar adelante la prueba, que se encuentra con muchas trabas. Tengo la sensación de que últimamente la ciudad de Vigo no apoya este rallye todo lo que se merece. Todos sabemos que la economía está jodida, pero no se le puede dar la espalda a un evento de este calibre, con esa historia y con tantos seguidores…»

¿Y qué hay de este año?, ¿qué resultado espera Sergio Vallejo?. «Sinceramente, creo que la victoria va a estar complicada. Desde luego, si hay oportunidad no la voy a dejar escapar, pero lo veo difícil. El objetivo realista es pelear por un podio. Hay varios equipos con opciones y cualquier fallo, por pequeño que sea, te deja fuera… así que no podemos despistarnos».

 

 

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