Ya es sábado en el RallyRACC, Sebastien Ogier lidera la cita, las especiales están llenas de gente (al menos, como hacía tiempo que no veía) y hemos tenido alguna sorpresilla… Pero vamos por partes.
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El AVE a Tarragona ha entrado en la estación con puntualidad británica; la representante del equipo Volkswagen que me estaba esperando, aún más… así que ha sido llegar «y besar el tramo». En el grupo de periodistas invitados por la formación germana hay una curiosa mezcla; para algunos es su primer rallye, otros están de vuelta de todo. Pero hemos coincidido en disfrutar de lo que hemos visto: gente. Por todas partes, en cada metro de cuneta. La disciplina, digan lo que digan, sigue muy viva. Lo que es mejor: se va recuperando.
La zona rápida en la que estábamos nos ha dejado ver a Ogier trazando curvas con tiralíneas, a un Hayden Paddon (Hyundai) agresivo y a un Dani Sordo jugándoselo todo. El resto, correctos, por su sitio. Bien.
De ahí, al parque de trabajo, un poco apagado a la hora a la que hemos llegado… Pero todo ha cambiado en menos de 60 minutos. Los pasillos entre las asistencias de los equipos han comenzado a llenarse de gente para coger el sitio bueno y ver a su piloto favorito. En Salou ya no cabía un alfiler cuando han reunido a los periodistas veteranos, a los expertos (y… a mí) y nos han llevado a una mesa para charlar con los mismísimos Julien Ingrassia y Ogier, que han respondido por ese orden y amablemente a nuestras preguntas. Muy pronto tendrás aquí la entrevista con el piloto; he de reconocer que me ha sorprendido su amabilidad. Se le nota relajado, aunque ha admitido que no le gusta perder nunca, por eso se esfuerza por ganar en cada cita, pese a tener ya el título en el bolsillo.
Ingrassia, desde su posición de copiloto, nos ha contado que no resulta muy complicado adaptarse a una jornada sobre tierra y otra seguida sobre asfalto, a pesar de que las reacciones del coche son muy distintas y, por ello, los primeros kilómetros de hoy han sido un poco extraños. Ha explicado que Ogier y él no se conocían, que fue él mismo quien pidió montar con el ahora bicampeón, pues le gustaba su conducción. Que las mejores cualidades de su compañero en el coche son su cabeza fría, su capacidad de trabajo y de análisis de cada carrera, sus notas completísimas… Y Luis Moya, asistente a esta mesa redonda, asentía con vehemencia: sabe muy bien de qué está hablando, ha vivido lo mismo con Carlos Sainz.
El propio Moya nos ha acompañado en la cena, durante la que ha desgranado una anécdota tras otra. «Mala suerte no es pinchar por cortar mucho en una cuneta; mala suerte es salir a 130 km/h de un rasante ciego y encontrarte una oveja». Ha sido una de sus frases míticas de esta noche, seguida de la explicación del famoso incidente con este animal en el Rallye de Nueva Zelanda. Ha habido muchas más; el ex-copiloto sabe cómo meterse al público en el bolsillo.
Me habría quedado toda la noche escuchando sus historias, pero mañana madrugamos para volver a las especiales. Para ver ganar a Ogier, salvo desastre (y suele ser inmune). Para contarte cómo termina el RallyRACC 2015. ¡Nos vemos en los tramos!