Texto Oscar Reixa, fotos © NRP y Oscar Reixa
{attractor float=right}Los Super 2000 se mostraron como los vehículos más competitivos de la prueba, rodando siempre por delante de los Gr.N. Si eso pasa en la tierra, es de esperar que en el asfalto las diferencias sean mayores. {/attractor} La prueba inaugural del Nacional de Rallyes portugués, cambiaba de nombre, pero no de ubicación. El Casino da Póvoa dio paso al Rallye Torrié pero el Targa Clube mantenía el centro neurálgico y la ubicación de los tramos en las inmediaciones de la localidad de Vieira do Minho.
Pero la principal novedad de la prueba suponía la entrada en escena de los nuevos Super 2000. En el Torrié Peugeot y Fiat estrenaban sus nuevos 207 y Grande Punto con Bruno Magalhães y José Pedro Fontes como pilotos oficiales. Por otro lado Victor Sá y Antonio Rodrigues se inscribían con un Toyota Corolla Super 2000 cada uno, pero la imposibilidad de homologar la versión con el volante a la izquierda a tiempo, les obligaba a recurrir a los servicios del preparador gallego AR Vidal alquilando para la ocasión un par de Mitsubishi Lancer Evo IX.
La incógnita de la prueba estaba en comprobar la prestaciones de la nueva categoría, pero pronto comprobaríamos la eficacia de los coches de última generación ya que Magalhães se hacía con el liderato de la prueba desde el primer tramo del Sábado (segundo de la prueba tras la Super Especial inaugural del Viernes) y sólo Peres con el Evo IX se lograba colar entre los dos Super 2000, situación que duraría poco ya que el piloto del Evo cometía un error en el tercer tramo que lo costaba el rallye, ya que se salía de la pista perdiendo más de 15 minutos en el lance y con ellos toda posibilidad de aspirar a una buena clasificación final.
Conforme avanzaba la prueba, y debido a las fuertes lluvias que caían intermitentemente, el rallye cada vez era más duro, prueba de ello es la gran cantidad de abandonos, un total de 26 algo más de la mitad de los inscritos y el hecho de que se tuviese que anular la segunda pasada por Anissó, hecho que luego sería el origen de la polémica final. El abandono más relevante fue el del mundialista Rauntenbach que ya no pasaba por la segunda pasada de Guilhofrei, el último tramo antes de la Super Especial de Vieira do Minho.
Magalhães fue aumentando la distancia con sus rivales y nadie le disputó el liderato, y es que el de Peugeot ganó 7 de los 10 tramos, cediendo 2 ante Fontes y 1 a Ricardo Teodósio. Según se iban sucediendo los tramos Fontes cambiaba el optimismo inicial por una cara de preocupación, asumiendo cada vez más riesgos para intentar estar con el Peugeot, como atestiguaba la falta de la defensa trasera de su Punto Super 2000. Ambos pilotos vienen de pilotar un Super 1600 y por lo visto en el Torrié, parece que Magalhães se ha adaptado mejor a la conducción de un tracción total.
Merecida victoria la de Magalhães, su primer triunfo absoluto en el Nacional portugués y primera victoria de Peugeot desde que en 2005 Miguel Campos impusiese el 206 Super 1600 en el rallye Nordeste Transmontano. En la tercera plaza se situó Antonio Rodrigues, nadie contaba con él ya que un error en sus tiempos lo situaba más retrasado y una vez corregido se situó en el lugar que merecían sus tiempos, es de esperar que cuando cuente con el Toyota Super 2000 se mezcle en la lucha con los otros dos.
Como ya saben los lectores de Rallyes.net el cántabro Enrique García Ojeda participaba en la prueba dentro de su mini programa privado con el objeto de hacer manos en la tierra de cara a su participación en el IRC con el Peugeot oficial. Ojeda se inscribía con un 206 RC R3 apoyado por sus patrocinadores personales, realizando un rallye sensacional, finalizando en la sexta plaza general, primero de los Grupo A y de los dos ruedas motrices, Ojeda fue capaz de superar a Conrad Rautenbach a pesar de que el sudafricano contaba con el C2 Super 1600 con el que disputa el Mundial Junior.
En el país vecino sólo queda una copa de promoción en activo, el Trofeo C2, la victoria fue para Frederico Gomes, que se impuso a Rodrigo Ferreira por 24 segundos y a Armindo Neves por 2:09,10.
La polémica saltó al final de la prueba cuando se conoció que los cuatro primeros participantes: Magalhães, Fontes, Sá y Ojeda habían salido del parque de trabajo en dirección al séptimo tramo sin realizar el recorrido obligatorio hacia el sexto tramo (que se había suspendido), el resto de los participantes sí realizó el recorrido de la prueba. En esas circunstancias los cuatro deberían haber sido excluidos de la prueba por abandonar el recorrido.
Los pilotos implicados dijeron que un miembro de la organización les había indicado que debían ir directos al séptimo tramo. La dirección de carrera asumió el error de la orden, que fue verbal, diciendo que se tomó por razones de seguridad, pero luego se revocó enviando la caravana del rallye a Anissó. Para finalizar la polémica, varios participantes tomaron la decisión de reclamar, pero no les fue admitida alegando que se había finalizado el plazo.
Una polémica que ensombrece un rallye que resultó duro y apasionante, cerrado con una muy acertada Super Especial sobre tierra disputada en las inmediaciones del parque de trabajo y que esperamos que se repita en próximas ediciones.