Opinión: Si queremos que nos respeten fuera, respetémonos nosotros dentro

| 01/12/2020
podium

No recuerdo un rallye tan bonito y tan apasionante como el Rallye de Canarias 2020. No he visto tanta emoción, tantos nervios y tanto entusiasmo en mucho tiempo. Ha sido precioso poder vivirlo en primera persona y creo que esta prueba, en este año tan difícil va a quedar para la historia del deporte español. Lo mínimo que se puede hacer es felicitar y agradecer a todos los que lo han hecho posible, a todos los que se han esforzado para poder estar en la línea de salida en cada rallye en una época como esta. Todos y cada uno de los participantes, desde el más grande hasta el más pequeño, nos han demostrado la pasta de la que están hechos. Podemos estar orgullosos de nuestra gente.

Ahora bien, me da miedo y pena a la vez, que quede ensombrecido este final de fiesta por culpa de las malas formas de algunos, por no saber ser cómplices en nuestro propio entorno y por no saber respetar al rival en la pista de nuestro favorito. Antes de empezar, quiero dejar claro que esto es exclusivamente mi opinión personal, y es que esto que voy a decir va precisamente de eso, de opiniones. Estos días estoy leyendo en las redes sociales críticas destructivas, calificativos fuera de lugar y juicios de valor que creo que no le hacen ningún bien a nadie y mucho menos al deporte. Se nos hincha el pecho cuando nos comparamos con el fútbol porque «somos la mejor afición del mundo». Para ser la mejor afición del mundo, me vais a perdonar, creo estamos dejando bastante que desear. Se nos llena la boca pidiendo respeto por nuestro deporte, para que se nos trate manera justa y se hable de los rallyes en los medios como lo que es, un deporte. Y sin embargo, los primeros que no nos respetamos somos nosotros mismos. Y somos nosotros en la cuneta, porque en la asistencia no se respira este aire, que es lo más cómico de todo. Y no es una cuestión de dar opiniones o de preferir una cosa u otra. Podemos defender nuestra parcela, pero para ello no es necesario quemar la de enfrente.

No tenemos que ser todos amigos, pero si tenemos que ser personas. Aquí tenemos a un grupo de muchachos valientes, rápidos, comprometidos con sus objetivos, que lo hacen lo mejor que pueden con las herramientas que tienen para luchar a alcanzar cada uno su propia meta, y ninguno de ellos son culpables de las desgracias de los otros. El único rival directo aquí es el reloj. Y así lo manifestaron ayer ellos mismos. Creo que ellos están intentando darnos una lección de deportividad que no estamos terminando de captar. Creo que ayer, si visteis a Ponseti hablando con varios de los protagonistas del bonito Rallye Islas Canarias, pudisteis oír igual que yo y en boca de los implicados: «me equivoqué», «cometí un error», «es mi responsabilidad», «no lo pensé»… A partir de aquí, toda la mala sangre que se vierta en las RRSS deja de ser representativa de nuestros pilotos, copilotos y equipos.

Dicho esto y siendo nada más que una reflexión en voz alta, sin intención de sentar cátedra ni dar lecciones a nadie (solo faltaría), sinceramente espero que este pequeño episodio -favorecido por unos pocos pero que desgraciadamente hace mucho ruido – se quede en una simple anécdota, y que la próxima vez que vivamos algo así en nuestro deporte, que espero sea muy pronto, sepamos comportarnos a la altura de las circunstancias.

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