Per-Gunnar Andersson llevaba a su mujer al hospital a dar a luz, cuando tuvo que parar en el arcén ya que el niño no quiso esperar. El hijo de Andersson, llamado Alvin, a buen seguro que seguirá los pasos de su padre tras nacer en una carretera.
Per-Gunnar Andersson llevaba a su mujer al hospital a dar a luz, cuando tuvo que parar en el arcén ya que el niño no quiso esperar. El hijo de Andersson, llamado Alvin, a buen seguro que seguirá los pasos de su padre tras nacer en una carretera.