Las notas del Rallye de Cerdeña: los sitios más complicados

| 12/06/2015
Ott Tanak, Rallye de Italia 2015.

Hemos oído lo de siempre: que los tramos del Rallye de Cerdeña son muy abrasivos, que las piedras acuchillan los neumáticos, que los coches sufren mucho… Y es cierto. Ya era así hace años y el nuevo itinerario no parece haber cambiado las características de la prueba, a juzgar por lo que reseña la web oficial del certamen, wrc.com…

En 2015, el recorrido mezcla especiales técnicas y estrechas con otras más amplias y rápidas. En el suelo, pistas duras plagadas de rocas y gravilla, otras cubiertas de arena blanda y algún parche de hormigón. Esta variedad contrasta con la monotonía de las cunetas: piedras y más piedras. Las que no se vean en las primeras pasadas saldrán a la superficie en las segundas, por lo que la «sorpresa» está garantizada… A menos que lleves unas notas precisas como las manos de un neurocirujano. O que sepas «leer» los tramos como el mejor especialista. O que tu pilotaje sea tan fino como los movimientos de un pianista. Mejor, todo a la vez.

Si esto no te parece suficiente, hay cuatro puntos especialmente conflictivos, según el site británico. Los nominados a «tramo más complicado del rallye» son…

Olmedo Monte Baranta. A tres kilómetros del principio hay una cuesta cubierta de arena suelta que hace difícil el avance incluso con un 4×4. Subir «a tope» parece la solución… Hasta que te das cuenta de que justo tras la cima viene una horquilla muy cerrada. Delicioso para los dos ruedas motrices…

Monti di Ala’. Aquí hay dos «puntos calientes»: una horquilla en bajada con rocas en su interior (también hay mucha gravilla), justo por donde pasaría la trazada, y una sección abierta, ancha y rápida, con visibilidad… y altamente engañosa, ya que está cubierta de tierra. Los primeros en la pista lo pasarán mal.

Montiferru. Este tramo está lleno de piedras de un tamaño considerable. Y tiene más de 14 kilómetros…

Monte Lerno. Clásico entre los clásicos, no podía faltar en esta lista. A 26 km de la salida está el salto Micky’s Jump, donde cientos de aficionados se dan cita para ver cómo los coches vuelan hasta 40 metros de distancia. El aterrizaje es bueno, pero hay muchas secciones nuevas en esta especial; algunas están recién construidas y el piso es blando, así que se pueden esperar los pinchazos en la segunda pasada. Hablamos de 42 kilómetros; no es ninguna broma…

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