Iván Ares, Bicampeón Gallego de Rallyes

| 07/09/2014

Por norma, los títulos no llegan rodados. Al contrario, estos saben mucho mejor si vienen acompañados de sufrimiento, esfuerzo, de apelar a la épica, apretar una nalga contra la otra y de momentos con tensión, «gotones» de lluvia y banda sonora de película de terror. Iván Ares conoce bien estas situaciones (no es la primera vez que las vive) y sabe gestionarlas de la forma más efectiva posible. Por todo ello, estaba claro que conseguir el título de Campeón Gallego de Rallyes 2014 no iba a ser un camino de rosas para quien ya ostenta una corona (la de 2011).

Lugo y el Rallye San Froilán no se lo quisieron poner fácil al piloto de la localidad coruñesa de Carral. Y ese último tramo, el de Outeiro de Rei, con aguacero, con todos «cogidos» con el pié cambiado y con el «Suzuki driver» Adrián Díaz corriendo en casa, a los mandos de un 4×4 y totalmente desaforado, tenía toda la pinta de vuelta a la tortilla sobre la campana. Finalmente 9 décimas decidieron el rallye a favor de Ares (que lideró la prueba durante toda la jornada) y dieron los puntos suficientes para que las matemáticas refrendasen el título.

¿Qué hubiera pasado si a Adrián no le penalizan con 10 segundos en el tramo espectáculo del viernes por tocar un polémico cono?, ¿se habría planteado una carrera distinta?. Difícil saberlo. El caso es que el rallye lucense discurrió así, y ni siquiera todo un veterano como Pedro Burgo pudo ser profeta en su tierra. Buena muestra de lo que allí se corrió… y se arriesgó en esa fatídica última cronometrada.

Y el título. Bien, muchos pensarán que lo conseguido por Ares tiene menos valor que otros porque no hubo la competencia de años anteriores. Se puede ver así, pero también se puede contemplar desde un punto de vista reflexivo, hacia uno mismo y sus propios enemigos internos: un coche (el Porsche 911 GT3) que por sus características y tipo de conducción supone un reto extra en muchos rallyes y tramos del Campeonato Gallego; o un presupuesto que no da para florituras y que exigió calculadora cuando las cosas se pusieron más o menos de cara, ausentándose de pruebas como el Rallye Comarca da Ulloa al que a Iván Ares, tal y como ha comentado más de una vez, no terminan de convencerle sus tramos… no por el tipo de trazado sino por el estado del piso. Condicionantes todos ellos de suficiente envergadura para valorar lo conseguido, sin menoscabo de la gran competitividad demostrada cuando los rivales han sido duros.

De Iván poco vamos a adelantar que no se conozca. Un tipo rápido y fino, que comete muy pocos errores y protagonista de grandes «libradas» con las que siempre jalona algún momento de su temporada y que demuestran que, con el casco puesto, deja poco en el tintero. Conducción y reflejos que ha pulido en sus muchos años de las largas derrapadas con un kartcross; especialidad en la que también ha marcado una época.

En cuanto al Campeonato Gallego de Rallyes y ese eterno debate de si es mejor o peor, puede encontrar ahora cierta justificación al ver que ha aflojado la participación en la parte alta. Pero esto es cíclico, como ha ocurrido en temporadas anteriores. Uno de esos momentos en los que las piezas del puzzle se mueven, con altas y bajas de pilotos, en el que todo se recoloca, los rivales se toman las medias mutuamente, adquieren vehículos en función de los presupuestos y las opciones de victoria… y volvemos a empezar.

 

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