Hiperfocal *. Leica 0 o Ferrari 250 GTO

| 10/07/2012

Hace poco más de un mes fue subastada en Viena un ejemplar extremadamente raro de Leica 0-Series, la nº 116, fabricada en 1923 y precursora de la Leica I que fue presentada dos años más tarde, el modelo de cámara fotográfica que popularizó el carrete de 35mm e hizo famosos a Henri-Cartier Bresson o Robert Capa entre otros. Se dice que tan solo se produjeron 25 ejemplares de los que 12 sobreviven en la actualidad. Su precio de salida era de 300.000 euros que subieron en una puja de tan solo 4m 19s hasta los 2.160.000. La cámara se encuentra en excelente estado, en funcionamiento y con su pintura original y con solo una pequeña parte de la vulcanita original reemplazada. Un ejemplar similar, La Leica 0-Series nº 117 fue adjudicada justo hace un año en 1.320.000 euros.

Pocos días después le tocó el turno a un Ferrari 250 GTO de 1962, de la Serie 1, en un color verde pastel no precisamente el que uno espera encontrar en un vehículo surgido de los establos de Maranello, por la casi escandalosa cifra de 28 millones de euros. El chasis 3505GT fue construido para ser conducido por Sir Stirling Moss, que estampó su firma en el asiento aunque no pudo sentarse en él debido a su accidente en Goodwood con un Lotus, siendo sustituido por Innes Ireland para las 24 Horas de Le Mans quien no pudo acabar la carrera con él por problemas eléctricos después de 165 vueltas. Gracias a un propulsor de 12 cilindros en V con 3.0 litros, este inusual Ferrari 250 GTO con volante a la derecha es capaz de ofrecer una potencia máxima de 300 CV y de cubrir los 0-100 km/h en 6,1 segundos. La fortuna que ha desembolsado el norteamericano Craig McCaw no resulta extraña dado que sólo se construyeron 39 unidades entre 1962 y 1964. Más insólito es que el vendedor, Eric Heerema, un hombre de negocios holandés, lo haya vendido por un precio cuatro veces superior al que pagó hace una década a su antiguo propietario, el japonés Yoshiho Matsuda que en 1996 lo compró por sólo 3,5 millones de dólares, o en otras palabras, una décima parte de su valor actual.

Con la llegada de la fotografía digital y el Photoshop, unida a la progresiva desaparición en los estantes de las tiendas de fotografía de los carretes de películas dejando el blanco y negro para los puristas; Leica, la compañía creada por el alemán Oscar Barnack ha lanzado en mayo del 2012 la Leica M Monochrome, una cámara fotográfica digital pero basada en el diseño de la famosa M3 de 1954, cuyo sensor SÓLO toma instantáneas en blanco o negro. Su precio, únicamente el cuerpo, es de 6.400 euros, a los que se puede añadir un objetivo especialmente diseñado y ajustado, el APO-Summicron-M 50mm f/2 Aspheric por 5.700 euros más. Una auténtica preciosidad, aunque algo cara. ¿Capricho? ¿fetichismo? ¿esnobismo? o ¿simplemente coleccionismo e inversión por si en el futuro alguien es capaz de superar la cifra lograda en Viena?.

La pregunta del millón es si en el futuro cuando las reservas petrolíferas mundiales estén próximas a su extinción alguien de quienes entonces dirijan los destinos de Maranello estará dispuesto a apostar por construir un Ferrari 250 GTO-e, con el mismo aspecto de su antecesor, a excepción del espacio interior destinado al motor V12, donde no aparecería otra cosa que una ristra de baterías de ion-litio o una pila de combustible. Y luego habría que saber si los amantes o simples acaparadores de vehículos clásicos, jeques árabes o acaudalados hombres de negocio chinos serán capaces de desembolsar cifras equivalentes a la Leica M9-M por los modelos del Cavallino Rampante del siglo XXII….

Se admiten apuestas.

Esteban Delgado

*Hiperfocal: Dícese de la distancia más corta a la que puede enfocarse un objetivo de forma que su profundidad de campo se extienda hasta el infinito.

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