¿Qué son para ti los rallyes? ¿Qué significan en tu vida?
Para mi los rallyes son una de las partes más importantes de mi vida. Llevo muchos años dedicándome a esto y es una forma que encontré de superarme a mi mismo. Desde que empecé hasta hoy es algo tan importante en mi vida que no podría estar sin ello y no lo podría dejar.
En tu familia hay mucha tradición en el mundo de carreras, lo has vivido desde pequeño…
Si. Mis padres corrían y yo he vivido los coches desde que era muy pequeño. Iba con ellos a las carreras y las vivía en todos los sentidos. Intentaba aprender todo lo que podía y cuando me saqué el carné de conducir lo primero que me compró mi padre fue un coche de carreras.
¿Has tenido algún momento en tu vida en el que te hayas planteado continuar con ello o dejarlo?
Hubo un momento en el que sí me planteé si seguir o no. En el año 2005, en el rally de Avilés tuvimos un accidente muy grande. El coche se quemó y mi copiloto también sufrió muchas quemaduras; yo también algunas. Después de eso me lo pensé, se me pasó por la cabeza en alguna ocasión, pero después de estar un mes sin subirme a un coche de carreras, cuando volví a hacerlo me di cuenta de que lo echaba demasiado de menos y no podía dejarlo.
Háblame de tu copiloto actual, Jordi Mercader. ¿Fue amigo y copiloto después, o primero copiloto y luego amigo?
Jordi primero fue copiloto y a día de hoy puedo afirmar que es uno de los mejores copilotos que hay en España. A Jordi le pasa como a mi, le tira más la afición que siente hacia este deporte que cualquier otra cosa. Ahora somos amigos y espero que siga siendo así durante muchos años. En las carreras es importante tener a alguien en quien confiar y con quien poder contar. Es más importante tener un amigo que un copiloto. Tiene que ser una persona que te entienda, si no no funciona. Y con Jordi es así.
¿Cómo se combina ser piloto de rallyes con una vida familiar y un trabajo?
Es difícil, pero la afición tira demasiado. Yo estoy casado y tengo dos hijos, además del trabajo. Las carreras te quitan tiempo pero mi familia lo entiende porque forma parte de mi vida. Lo compagino como puedo. Lo más difícil es pasar tanto tiempo fuera y dejar a la familia sin «papi» tantos días.
Tienes una relación muy especial con tu hermana Amalia, que también corre… ¿Cómo es esa relación?
Además de compartir nuestra afición, nos llevamos de maravilla. Intento ayudarla todo lo que puedo y enseñarla todo lo que sé. Nos parecemos mucho en el carácter y en la forma de ver las carreras, y eso nos ayuda a llevarnos tan bien. Además ella cuando puede también viene a apoyarme en mis carreras.
Desde que te montaste por primera vez en un coche de carreras, ¿cuál era tu sueño? ¿Qué querías sacar de esto?
Mi padre me decía siempre algo que me marcó para toda la vida que era «disfruta de esto», y creo que lo he conseguido. Todos queremos ser campeones del mundo, pero mi prioridad era amar este deporte y pasarlo bien. Este ha sido siempre mi objetivo y lo he conseguido.
¿Qué coche te gustaría pilotar que todavía no hayas conducido?
Me encantaría hacer un rally con un Audi Quattro Sport. Es un coche que siempre ha sido un icono en el mundo de los rallyes. Me volvía loco todo de ese coche. Es más, además de conducirlo, me encantaría tener uno en casa, pero es demasiado caro.
¿Cuál ha sido el coche que más te ha impresionado?
Esa pregunta es difícil. Creo que las sensaciones más radicales y brutales que he sentido nunca, han sido pilotando las barquetas cuando hacía montaña en el 91, 92 y 93.
Háblame de la gente que te acompaña a las carreras. No se pierden ni una…
Más que un equipo, hemos pasado a ser una familia. En primer lugar está mi padre, que no se pierde ni una. Y si a alguna no puede venir (que son muy pocas), yo lo noto mucho. Francesc Pino es el que lleva todo el tema con la prensa. Lleva conmigo desde el año 90 y ya puedo decir que no es solo la persona de prensa, es un buen amigo. Por otro lado está Melchor, que es amigo mío desde la adolescencia y tampoco se pierde una carrera. El día que alguno de los tres no viene, lo noto.