Pese a ser desarrollado en muy poco espacio de tiempo, aquellos espectaculares Volkswagen Tarek destinados para el Dakar de 2003 (buggys con motor 1.9 TDI de «sólo» 218 CV) dieron mucho juego… y lo siguen dando en la Africa Race. Su espectacular diseño, firmado por Italdesign, y bajo peso hicieron de éste un vehículo muy atactivo para los equipos privados, que recurren a él para meterse en el top ten de los participantes a los que no se saca ni con agua hirviendo de las dunas africanas… la verdadera esencia del Dakar.
El caso es que ahora uno de aquellos enamorados del Tarek, el belga Stéphane Henrad, ha ido un poco más allá en su locura por Volkswagen, inspirándose en uno de esos buggys alemanes para crear su propia obra: el Herbie del siglo XXI… y han sido muchos los cambios realizados desde que surgió el que se conoce como proyecto DunBee (contracción de Dunes, dunas, y Beetle, escarabajo) allá por el año 2012. Todos han ido orientados hacia su adaptación al Dakar suramericano que afronta ahora -con este vehículo- por primera vez.
El nieto del Tarek, e hijo no reconocido del Touareg, quiere dejar pegada en el raid que comienza dentro de pocos días al otro lado del atlántico. Su piloto tiene sobrada experiencia en este tipo de carreras; la mecánica (ahora el 2.0 TDI con 190 cv de potencia) y el chasis, probados con éxito en las últimas ediciones del Dakar africano (3º su última participación), también parecen estar preparados para el reto de, al menos, completar todas las etapas de su gran objetivo para 2015.