Móstoles (Madrid), 16/09/1981. Le gustan los bocatas de los bares, el Redbull, las gafas de sol solo si son Oakley, ir en zapatillas, aburrirse, los coches absurdos, los regalos que no vienen a cuento y ver series de Netflix que nadie más ve. No le gusta el reggeaton ni nada que se le parezca, la gente que grita, salir de fiesta, que le interrumpan, ir a la playa, ni los juegos de mesa. Es prudente, aparentemente serio, selectivo y muy discreto. Pero también es sarcástico, divertido, rápido, inteligente, y tiene mucha memoria… Pero lo que es más importante: Borja siempre está. Da igual el problema que tengas, el rollo que le sueltes y el nivel de importancia de tu paranoia. Siempre hay alguien al otro lado del Whatsapp que te va a aguantar la chapa sea cómo sea de densa. Ese es Borja, muy a grandes rasgos.
Borja Rozada será el nuevo copiloto de Dani Sordo a bordo del Hyundai i20 WRC en 2021. Este es el titular de hoy. Pero yo no puedo dar esta noticia como si se tratase de una más.
Han pasado veinte años desde que Borja Hernández Rozada se montó por primera vez en un coche de carreras y ahora se va a subir al escalón más alto de los rallyes en el mundo. La historia de Borja debería servir para darnos cuenta de que nadie te regala nada, de que es fundamental matarse a trabajar por lo que quieres conseguir, y que, que no sea fácil, no significa que sea imposible. Borja habla inglés, se defiende en francés, y es capaz de tener conversaciones en italiano y en portugués.
Ha corrido en casi todo lo que se le ha plantado delante, sin pararse a pensar si era un coche más grande o más pequeño, si se peleaba por algo más o menos importante. Porque precisamente lo importante era aprender. De cada uno de los pilotos con los que ha corrido se ha llevado algo que le ha servido para mejorar con el siguiente. No ha tenido problema en retroceder si así le ha venido la vida, y esa humildad le ha llevado hasta donde está hoy.
Y no es que haya llegado a la meta, es que va a tomar la salida, pero este tramo es diferente. Va a ser un poco raro no tenerle en nuestros rallyes, no cenar juntos los jueves en cualquier bar cercano al hotel y no recibir mensajes a mitad de rallye: “Necesito un Redbull”. Le vamos a echar de menos más que nadie, pero vamos a tener los ojos puestos allá donde esté, con la tranquilidad de saber que lo está consiguiendo, que ha empezado el camino por el que tanto ha luchado. Vamos a echar de menos verle sentado con sus cascos pasando las notas a limpio debajo de una carpa, o que venga al camión de Suzuki a guindar chuches. O que aparezca de repente en la asistencia solo para ver a su amigo, saber que todo está ok, y volver a sus cosas.
Pero echándole de menos, estaremos felices. Felices por él y con él. Porque los amigos como Borja son para toda la vida. Todo eso que hemos compartido nos ha convertido en la familia que somos hoy y que seremos mañana.
–“Borja, ¿has pensado que puede que este puede que sea tu último rally con Tito? Lagrimica”.
–“Maca, siempre habrá rallyes con Monarri”.