Con las miras puestas en la llegada del futuro Skoda Fabia R5 a los rallyes, la marca checa de momento también tiene tiempo para celebraciones. Y es que en este 2014 se cumplen 40 años de la puesta en marcha de las versiones RS que si bien ahora apellidan muchos de los modelos de calle que podemos ver por las carreteras, en su momento apuntaban directamente a versiones destinadas casi en exclusiva a la competición.
Y ahora hagamos memoria… Skoda, rallyes… ¿cuál es tu recuerdo más lejano de esta marca en las carreras?. Ya te avisamos: vas a tener que saltar el telón de acero. Echando la vista atrás, la mayoría volará sobre el Fabia S2000, el Fabia WRC y aterrizará en los Octavia WRC (algunos de estos todavía tenemos ocasión de verlos en nuestro país). Los aficionados “pro” recordarán los Felicia Kit Car en el Mundial de 2 litros, e incluso forzando neuronas llegarán a los Favorit; pero solo las bibliotecas con patas, esos a los que no se les escapa ni una matrícula o un número de chasis de los que han pululado en la historia de los rallyes, serán capaces de hablarte sin complejos de los 130, 180 o 200 RS… porque aquellos fueron considerados los originales RS de Skoda, si bien la marca aún se retrotrae una década más en el mundo de la competición. Ya hablamos de principios de los 60´, con los Octavia -no el de ahora, por supuesto- o el 1000MB… pero esto ya es para materia Trivial en modo leyenda..
¿Cómo eran los abuelos del futuro Fabia R5?, ¿qué se “cocía” por entonces en un fábrica de la Europa del este? Por cierto, las siglas RS vienen de Rallye Sport, con lo que ya queda claro cuáles fueron las intenciones de la marca desde un inicio.
1974, a Skoda también le tiran las carreras. Es el gran escaparate para demostrar poderío y calidad de producto, especialmente frente a los grandes constructores occidentales a los que querían mostrar que también eran capaces, dentro de su limitada tecnología, de plantarles cara. Surge la división Skoda Motorsport, directamente dependiente de la casa matriz y nutriéndose de trabajadores de la cadena para el desarrollo, construcción e incluso pilotaje de sus versiones deportivas. Las primeras versiones RS se conocerían como 180 y 200. Contaban motores monoarbol de 2 litros de cubicaje, 160 CV, propulsión a las ruedas traseras y transmisión Porsche. Fíjate en su línea… y ahora imagínate la impresión que debían producir hace 40 años en la ciudadanía de un país bajo influencia soviética.
Un año después y tras el éxito cosechado con los 180 y 200, Skoda decide desarrollar una nueva versión que se conocería como 130 RS. Y ésta sí, “partió la pana”. Se conocía como el “Porsche del Este” y labró la auténtica reputación de Skoda en el mundo de las carreras: la fama de marca fiable, con motores de baja cilindrada pero de los que se aprovechaban todos y cada de sus caballos para lograr innumerables éxitos.
Como bien le identifica su nombre, el 130 RS contaba con un motor de 1.300 centímetros cúbicos, carburación Webber y cárter seco. 140 CV de potencia a las ruedas traseras para mover una carrocería compacta y ligera: 4 metros de largo, 1,72 de ancho y poco más de 1,30 m. de alto.
Un auténtico pura sangre con el que el constructor checo logró, como uno de sus mayores éxitos, la doble victoria en el Monte Carlo de 1977 dentro de su categoría.
No serían los únicos grandes resultados para un palmarés nada pequeño. El 130 RS no destacaba por grandes avances, ni desarrollos en ingeniería, pero era fiable a más no poder y ello le hacía insuperable en los rallyes de larga distancia: los RAC, San Remo o Acrópolis eran su terreno y en ellos lograba meterse entre los vehículos de vanguardia; ni que decir tiene que más allá del telón de acero marcaba el ritmo entre sus -escasos- rivales. Y corría, vaya si corría… ¡y corre!. Para muestra un botón: en el siguiente vídeo podéis ver al alemán Matthias Kahle de tests con una de estas unidades bien conservada…
Como buen vehículo del este, su aprovechamiento fue máximo en el tiempo. Oficialmente el 130 RS se estiró como un chicle hasta 1986, dando el relevo a un anodino Favorit cuya carrocería poco tenía que ver con las más estilosas de sus predecesores. Con todo, hoy es el día en el que aún podemos ver corriendo -aunque hay que recorrer algunos kilómetros para hacerlo- unidades del que fue uno de los grandes modelos de Skoda en las carreras. La historia de la marca en los rallyes, a partir de aquí, seguro que ya es más conocida para muchos de vosotros.