Escenario del crimen: Rallye de Argentina. Víctimas: Sebastien Ogier y Jari-Matti Latvala. Arma «homicida»: piezas del suministro de combustible. Volkswagen va a averiguar qué ha pasado para que este fallo en los Polo R WRC, que dejó a sus pilotos sin posibilidades de triunfo, no se vuelva a repetir, recoge wrc.com.
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Jost Capito, director de la escuadra germana, ha prometido que el equipo investigará de forma exhaustiva lo sucedido. El «delito» es grave, ya que ha puesto fin a una racha de 20 podios consecutivos.
El problema, al menos, está localizado: el suministro de carburante empezó a fallar y lastró la actuación de los vehículos. El de Ogier «cayó» el viernes por la mañana. El de Latvala, en la penúltima especial del domingo, cuando el finlandés era tercero. Este problema nunca había aparecido, no se había dado en ningún test. A pesar del golpe, Capito, optimista incansable, ve el lado bueno de las cosas: «Sucede, y por suerte todos nuestros problemas surgieron en la misma prueba, así que tal vez sea ya la última vez este año. No está relacionado con la dureza del Rallye de Argentina. Ahora tenemos que volver a casa y analizar todas las partes para verlo», explica a la web británica.
Una de las primeras hipótesis apunta hacia un lote defectuoso de sistemas de inyección. Si se confirma, habría sido el culpable de una de las peores actuaciones de Volkswagen en el Mundial de Rallyes desde su debut, en 2013: además de los problemas de Ogier y Latvala, Andreas Mikkelsen abandonó tras sufrir un accidente en el Power Stage. El viernes, el coche del noruego tuvo una avería en la dirección asistida.