Ayer os hablábamos de los tramos del Rallye de Gales (tienes el enlace bajo este párrafo) y hoy vamos a enumerar sus puntos más complicados. Básicamente, son dos: el barro y la climatología. Los caminos que pasan entre los bosques de la región son rápidos, técnicos y muy resbaladizos: es como si tuvieran una capa de crema de cacao sobre su superficie. La exigencia para los pilotos es muy alta, explica wrc.com.
Cada participante debe ser capaz de juzgar la adherencia de la pista, pues entrar en una curva a demasiada velocidad puede significar problemas muy graves. Lo malo es que el agarre varía según la cantidad de barro que haya en el suelo, por lo que tomar buenas notas durante los reconocimientos es vital. Y las cosas aún pueden complicarse más, como explica Didier Clement, ingeniero jefe de Citroën: «Es la prueba donde más lluvia y barro encontramos; la adherencia varía todo el tiempo. A veces la pista puede tener un buen agarre y entonces aparecen piedras embarradas y la adherencia se vuelve inexistente», asegura.
Por si fuera poco tener que preocuparse de las trazadas, juzgar la velocidad y vigilar lo resbaladizo de la superficie, los pilotos tendrán que procurar que el barro no se pegue a sus vehículos, ya que eso significa pérdida de equilibrio, menos manejabilidad… y mucho, mucho peso extra. ¿Cuánto? Al parecer, en la llegada de cada coche a la asistencia los mecánicos pueden quitar hasta 100 kilos de barro, explica Clement. Es el equivalente en peso a dos ovejas galesas.
El otro factor determinante es un frío húmedo e intenso que se cuela hasta los huesos. La lluvia y la niebla son muy habituales… y tampoco sería extraño que apareciera algo de nieve. Esto significa aún menos agarre; la puesta a punto de los coches se complica, ya que es necesario encontrar el compromiso entre una configuración firme, con la que los pilotos podrán atacar dotados de una mayor confianza, y una lo suficientemente suave como para que los neumáticos proporcionen la mayor adherencia posible. Después, saldrán a las especiales, dados al aire… El juego vuelve a empezar.