En el WRC… ¿las normas están para todos?

| 22/06/2016
Martin Prokop, Toyota Hilux.

Me pregunto esto a raíz del abandono del WRC por parte de Martin Prokop. Al piloto le endosaron una penalización de cinco minutos en el Rallye de Cerdeña y, siguiendo la depurada técnica del «ahora me enfado y no respiro», ha decidido decir adiós al Mundial y concentrarse en su segunda participación en el Dakar.

Al parecer, los sellos que evitan un cambio de la transmisión antirreglamentario estaban dañados en el Ford Fiesta RS WRC del checo. Un equipo privado como el suyo sólo tiene un número limitado de transmisiones, lo que significa que han de romper dichos sellos para repararlas entre una prueba y otra. Quirin Muller, su jefe de formación, ha explicado a autosport.com que esto mismo ya ocurrió en el Rally de Portugal -con el conocimiento de la FIA, Federación Internacional de Automovilismo- y no hubo problemas. Pero en Italia, el castigo fue aplicado y Prokop terminó en la 11ª plaza, cuando podía haber luchado por la 8ª.

«Es injusto. Eso destruyó la carrera de Martin. Podrían haber suspendido la penalización, pero no lo hicieron. No estábamos peleando por el podio. Eso demuestra que los equipos privados no son necesarios en el campeonato», dice Muller. Un momento… ¿insinúa que, como no se está jugando una posición importante, los organizadores deberían haber hecho la vista gorda? Aun así, hablamos de terminar en plazas de puntos; se los habría quitado a alguien que sí estaba siguiendo las normas. Me parece más injusto eso, la verdad.

Pues agárrate, que vienen curvas, porque la FIA está de acuerdo en que la aplicación de las reglas necesita un cambio. «La normativa está clara y por eso se tomó la decisión (de penalizar a Prokop, entendemos). Los comisarios han notificado al piloto que si hay nuevas pruebas (de que los sellos no se rompieron con mala fe, suponemos de nuevo), su caso volverá a ser estudiado, algo que permite el Código Deportivo Internacional. Entiendo su frustración; esto confirma mi punto de vista: no podemos seguir la misma política con los equipos oficiales y con los privados», afirma Jarmo Mahonen, director de Rallyes del organismo internacional.

Me quedo muerta. Cierto, una formación privada no tiene los mismos medios que una oficial, pero eso lo sabe de antemano cuando hace sus presupuestos y decide que sí, que se embarca en la aventura del WRC. Nadie le pone una pistola en la cabeza para que lo haga. Y si llega hasta ahí, conoce las normas y las consecuencias de saltárselas: están para todos, oficiales y privados. ¿O vamos a permitir excepciones para que no se reduzca el número de inscritos? ¿Qué pasa si, beneficiándose de una de estas distinciones, un piloto gana una prueba con un coche «manipulado» (ejem)? Eso no es deporte, amigos, eso es otra cosa.

 

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