A pesar de lo que pueda parecer (es decir, que Sebastien Ogier corrió sin ninguna presión tras el fallo de Jari-Matti Latvala), el francés ha admitido que el Rallye de Gales fue mucho más complicado después del retraso de su rival. Tenía una ventaja superior a un minuto sobre Mikko Hirvonen, quien se quedó como su inmediato perseguidor, pero no hubo relax posible. ¿Por qué?
Los pilotos de Volkswagen dominaron, como se esperaba, la primera jornada de la prueba. Se repartieron los scratch y se fueron a dormir separados por sólo 6,6″. Pero en el primer tramo del sábado Latvala se cayó de la lucha al meter su VW Polo WRC R en una zanja; aunque pudo continuar, perdió mucho tiempo. Eso dejó solo a Ogier en cabeza y se dedicó a no arriesgar, a ir de puntillas por las especiales. Mirando sus cronos, da la impresión de que «iba de sobrado», pero nada más lejos de la realidad, según recoge wrc.com: «Mi concentración cambió por completo tras el error de Jari-Matti. A partir de entonces, todo se convirtió en controlar, pero las condiciones del rallye fueron tan difíciles durante los tres días que no tuve tiempo para relajarme», añade.
«Comparado con una lucha cerrada, quizá es más difícil correr con cuidado, ya que es necesario encontrar el equilibrio adecuado. Si vas muy lento, puedes perder las sensaciones que tienes con la puesta a punto. Así que tuve que luchar contra mí mismo para lograr esa armonía», asegura el bicampeón del mundo de Rallyes.
Con este primer puesto, el octavo en 2014 para el galo, Ogier ha ayudado a que VW bata el récord de triunfos en un mismo año. La formación alemana se ha llevado 12 victorias de 13 posibles, lo que supera la marca lograda hace 11 años por Citroën. Asimismo, Volkswagen ha igualado el récord de ocho dobletes en una temporada que obtuvo Peugeot en 2002 y se ha hecho con el campeonato de Marcas más prematuro de los últimos 25 años. Y lo que queda…