Buscando el paralelismo con el título de la película de los hermanos Coen, no es rallye para asustadizos… aunque a muchos pilotos les pone esta prueba. En sus tramos -dicen que más rápidos que los del Rallye de Finlandia– se alcanzan puntas muy superiores a los 200 km/h, por lo que además de unas buenas notas hace falta una conexión excelente y bien engrasada entre el hemisferio más racional de nuestro cerebro y el acelerador; un cable ficticio que de una forma menos remilgada une ese pedal con la parte más noble del cuerpo de los hombres, y que el gran Ricardo Vidal insistió en que le fallaba a más de uno de esos pilotos que acudían a sus instalaciones para pedir de forma poco justificada mayor potencia para sus coches.
Al lío: hablamos del Rallye de Estonia, sexta prueba de la temporada en el ERC y encargada de abrir la segunda mitad de calendario en este certamen. Para esa cita ya está confirmado Kajetan Kajetanowicz; piloto que estuvo ausente en Ypres pero a quien la jugada no le salió tan mal. Y es que con su abandono, Craig Breen -principal rival en la lucha por el título- apenas pudo rascar siete puntos para la clasificación general provisional y conservar el liderato con un margen de sólo 21.
Siguiendo con el paralelismo de la película de los Coen, Estonia tampoco es rallye para inexpertos. Su tipología de tramos, con rasantes y curvas ciegas, exige conocimiento del terreno, fe… y un coche preparado para asumir semejante castigo mecánico.
Dicho esto resulta que Kajto nunca ha corrido aquí, así que su reto en este rallye «interesante, impredecible y un poco loco», más que la victoria es obtener el mayor número de puntos posibles para seguir en la brecha…
Para que tengáis una referencia, aquí va una on board del pasado año.