A la chita callando, quizá porque no han sido resultados de podio, Dani Sordo es segundo en la clasificación general del WRC. Sólo está delante de él Sebastien Ogier (ya lo habías adivinado, evidentemente). La diferencia de puntos es muy acusada -132 del francés por 68 del cántabro; es decir, Ogier tiene casi el doble-. La ventaja del español sobre el tercero, Andreas Mikkelsen, es de sólo un tanto. Pero oye, ahí está.
Segundo. ¿Te habías percatado? Me imagino a dos amigos hablando sobre el Mundial de Rallyes 2016 y, mientras uno de ellos cae en la cuenta, le da un codazo al otro diciendo exactamente lo que lees en el titular. Porque, como habrás comprobado, es un hecho que ha pasado sin pena ni gloria por los informativos generalistas; no es precisamente de dominio público. Esto es otra guerra, mucho me temo que perdida, así que sigamos con Sordo.
El piloto español no ha subido a los puestos de honor en ninguna de las pruebas celebradas este año, si bien ha hecho gala de una gran regularidad. Fue sexto en el Rallye Montecarlo (donde, además, se llevó dos puntitos del Power Stage) y en Suecia. Y ha logrado la cuarta plaza en México, posición que ha repetido en Argentina -con otros dos tantos del Power Stage-, Portugal e Italia. ¿Habrías preferido que ganase, como su compañero de equipo Thierry Neuville? Vale, pero ten en cuenta que el belga sólo ha puntuado en tres de los seis eventos disputados hasta ahora; es sexto en el campeonato, con 20 tantos menos que Sordo.
Si el curso natural de los acontecimientos continúa, en 15 días, cuando se dispute el Rallye de Polonia, deberíamos volver a poner los pies en la tierra. Ogier se habrá distanciado aún más y Mikkelsen, posiblemente, estará tras él en la tabla, lo que dejará al español en tercer lugar. Pero si de algo sabe este deporte es de suerte, de giros impensables del destino y de cosas que jamás pueden darse por hechas. Algo parecido a lograr un Mundial sin ganar ni una sola carrera. Y os recuerdo que ya ha pasado; preguntádselo a Emilio Alzamora, sin ir más lejos. Sí, amigos, el sector de las dos ruedas también tiene curiosas historias…