Hiperfocal *. El anti divo

| 20/05/2008

Se llama Kubica, léase Kubizza, Robert Kubica y al igual que Bond es un auténtico caballero aunque su trabajo como piloto de Fórmula 1 para el equipo BMW no sea tan arriesgado como el de un miembro del MI 6 con ‘licencia para matar’.

La verdad es que yo apenas sabía quién era Robert Kubica ni cual había sido su trayectoria deportiva, menos aún que en 2005 había ganado las World Series by Renault con el equipo español Epsilon; cuando el año pasado en los días previos al GP de España tuve que realizar un trabajo para Intel, patrocinador del equipo alemán. Si ya en 1988 había decantado mi carrera profesional hacia los rallyes en detrimento de una oportunidad de cubrir la Fórmula 1 para la revista AUTOPISTA, en buena parte debido a lo cerrado del ambiente en los circuitos, imagínense como será en el siglo XXI con los tornos y lectores magnéticos de los pases.

Pese a doblarle en edad, yo afrontaba el encargo con respeto y manteniendo las distancias, sabiendo que tenía que aprovechar el famoso ‘momento decisivo’ del maestro de la fotografía Henri Cartier-Bresson. Que no podía fallar la instantánea ni pedirle que volviera a posar, ni decir que no cargaba el flash, que se había llenado la tarjeta de memoria o ‘gírate que la luz no es buena’.

Sin embargo, ‘el flechazo’ fue instantáneo, no sé si mutuo. En el Hotel Florida en la montaña del Tibidabo en Barcelona, Robert se mostró educado, colaborador y nada estirado. Se puso donde le indiqué, en la posición que le sugerí, aquí y allá y todo el tiempo necesario. No sé cómo surgió el tema de los rallyes, pero yo llevaba mi ordenador, acababa de llegar de Argentina y acto seguido quiso ver mis fotografías.

“¿Sabes por qué un buen fotógrafo de rallyes es mejor que cualquier fotógrafo de Fórmula 1?”, explicó a un miembro de RR.PP de BMW. “Porque el primero solo tiene una oportunidad para lograr una buena instantánea y en el circuito tienen cincuenta vueltas para intentarlo”. Queda clara ya la razón de mi devoción por su persona… . Fue entonces cuando descubrí su pasión por los rallyes recientemente desvelada por la prensa ‘circuitera’: “Creo que existe una buena posibilidad de que me dedique a los rallyes algún día. Si quiero hacer algo serio en ellos, no puedo esperar mucho tiempo. Pero primero me gustaría hacer algo en Fórmula 1. Otra opción es cuando la deje, solo para divertirme y creo que ésta última es la más posible. Hubo una temporada donde mi moral estaba muy baja y donde tenía dos ofertas para ser piloto de Rallyes, pero mis padres habían hecho muchos sacrificios para que yo pilotara monoplazas. Me gustan los rallyes, si estoy en casa y no tengo nada que hacer voy a verlos, sin pase alguno, aparco el coche como el resto de espectadores y camino seis kilómetros si es necesario. Me gusta mirar el mapa, ver cuales pueden ser los mejores sitios y como llegar hasta ellos. Me gusta el sistema de los rallyes, estás más en contacto con los pilotos. A veces en F1 los espectadores están demasiado lejos de la pista y de la realidad”.

Más tarde le acompañé a un par de sesiones de firma de autógrafos en tiendas de Informática por la Ciudad Condal. Aparte de la expectación levantada entre sus compatriotas, como un miembro de seguridad de Media Markt que le mostraba orgulloso que también conducía un BMW E30, Robert atendió con gusto la firma de cualquier cosa a quienes se acercaron a él. Posteriormente a ese trabajo volví a encontrar a Robert Kubica en los parques de trabajo de Olbia y Ajaccio, en el Rallye de Cerdeña y en el Tour de Córcega y pude charlar tranquilamente con él. Desde entonces, lo confieso, he seguido de cerca sus actuaciones desde mi sillón delante de la TV donde me llevé uno de los sustos de mi vida con su escalofriante accidente en Canadá, pero tampoco pude por menos de soltar una exclamación de alegría con su pole en el GP de Bahrein este año.

De nuevo, el pasado mes de febrero me llamaron de Intel para plasmar una jornada de promoción de Intel a nivel mundial en el circuito de Cheste en Valencia, donde yo era el último de la fila en realizar mi trabajo. Allí estaba otra vez Robert Kubica cumpliendo sin rechistar los mil y un requerimientos y exigencias de los directores artísticos de TV, una toma tras toma y vuelta a empezar. “Esto sería imposible de hacer con Nick Heidfield”, me comentaba en voz baja uno de los responsables del rodaje.

“¿Estuviste en Suecia?. ¿Poca nieve verdad?”, me soltó Robert apenas llegado al circuito de Cheste a las ocho de la mañana tras cubrir de madrugada 350 kilómetros desde casa. “¿Vas a Méjico?”, continuó. ¿Creen ustedes que cualquier otro piloto de F-1 hubiera sabido de corrido el calendario de Rallyes de esta temporada o al revés?. Yo ya llevaba en el maletero un ejemplar de IMÁGENES DE RALLY 2007-2008 para regalárselo y cuando le sugerí posar con el libro no se lo pensó dos veces y puso su mejor sonrisa. Absolutamente impagable. Seguramente su actual compañero de póker no hubiera hecho lo mismo, sin pasar por caja cuanto menos…

Esteban Delgado

*Hiperfocal: Dícese de la distancia más corta a la que puede enfocarse un objetivo de forma que su profundidad de campo se extienda hasta el infinito.

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