Y tanto, porque vistas la cantidad de salidas de carretera entre los de cabeza, la lotería de este año tenía ganas de repartir muchos boletos entre los pilotos de la nueva copa FIA R-GT. Correr en Monte Carlo siempre es un reto; hacerlo a la antigua usanza -bien es cierto que con coches tecnológicamente mucho más avanzados- toda una demostración de que, de verdad, se ama este deporte por encima de los muchos sustos que, a buen seguro, se han llevado los pilotos de los Porsche 911 en esta edición de la primera prueba puntuable para el WRC 2015. Y así, a las felicitaciones que hay que hacer a las huestes del equipo Volkswagen, o las alabanzas ante la demostración de un Sébastien Loeb que no quiere que le jubilen, no podemos sino quitarnos el sombrero ante el gran trabajo de Delecour, Dumas o Marc Duez.
De François Delecour poco que decir. A sus casi 53 tacos peina canas -no disimuladas por su corte de pelo- pero está en plena forma y con más ganas de correr que un joven recién llegado a este certamen. Y es que, como bien aseguraba antes de iniciar la prueba, «para mí es un sueño correr con este coche y en este rallye. Cuando era joven recuerdo las victorias de Waldegaard y Jean-Pierre Nicolas con los 911 S«. Muchas emociones que han llevado a los de Tuthill Porsche (preparador de la unidad 997 que pilota el galo) a reconocer en twitter que en alguna ocasión han sentido la necesidad de pedirle que levantase el pie… pero se quedó en eso: en un deseo, mientras cruzaban los dedos y rezaban para que lograse volver al parque cerrado final. Y Delecour lo hizo, en la 23ª posición general, vencedor entre los R-GT y con casi 3 minutos (de ellos 1´23″ nada más arrancar el rallye) de ventaja frente al GT3 Cup versión 4.0 de su compatriota Romain Dumas; otro gran protagonista. Siendo como es especialista en circuitos, contando con poca experiencia en rallyes y siendo esta su primera participación en el Monte, acabar ya ha sido un éxito para Romain… y encima reconociendo que quería la victoria y que por momentos atacó, aunque todo era nuevo para él y para su equipo.
¿Y Marc Duez? Pues tres cuartos de lo mismo. Roza los 60, tiene el culo pelado en rallyes y circuitos y, sobre todo, las manos y pies entrenados para manejar vehículos de propulsión, así que Montecarlo 2015 ha sido una muesca más en su carrera deportiva… rallye en el que, por cierto, era el único piloto de la copa R-GT que ya tenía experiencia previa con un Porsche. Marc corrió aquí con su GT el año pasado, aunque no logró terminar la prueba. En 2015, espoleado por sus rivales, lo ha hecho.
Los tres han conseguido llevar más o menos intactos sus coupés germanos de vuelta a casa, superando con nota la que probablemente sea la cita más dura de este nuevo campeonato. A partir de ahora, y comparado con este rallye, vienen peritas en dulce donde poder dar algo más de rienda suelta a la caballería…