La saga (parece) va a continuar…

| 26/01/2015

Si en Francia los rallyes son religión, y Loeb y Ogier dioses, no hay que perder tiempo y buscar un nuevo mesías. Y de momento la primera del año en WRC2 ha sido para Stéphane Lefebvre, piloto al que todos miran al otro lado de los Pirineos como uno de los herederos de los dos Sébastien. El de Pas-de-Calais ha demostrado haber hecho muy bien los deberes en este arranque de temporada, venciendo entre los R5, RRC y S2000 en un rallye (Monte Carlo) que hay que saber leer e interpretar, por encima de scratchs y demostraciones de rapidez que no siempre llevan a buen puerto. Aquí es clave encontrar el ritmo y acertar con la monta de neumáticos, y ese parece haber sido una de las ventajas del francés que declaraba: «nuestra elección ha sido la adecuada. No hemos tomado ningún riesgo en los tramos finales para celebrar esta victoria. Es como un sueño».

Y tanto porque, como bien demuestran los tiempos (más de dos minutos de ventaja final con respecto al siguiente clasificado) no ha cometido errores de bulto y su Citroën DS3 R5 le ha seguido en todo momento, mientras que Martin Koci, principal rival en el arranque del Monte, se las tuvo que ver con la transmisión de su Ford Fiesta R5 antes de abandonar la carrera tras golpear un arbol. Salidas hubo unas cuantas, con mayor o menor grado de repercusión en la clasificación final.  Eric Camilli -otro gran descubrimiento galo- pese a marcar el mayor número de scratchs en la categoría, pagó caro un prematuro pinchazo y posteriormente tuvo que conformarse con ser cuarto clasificado al perder dos minutos por golpear una piedra. El irlandés Craig Breen (Peugeot 208 T16) también tuvo varias excursiones por lo que, como muchos estudiantes, solo apretó en el examen final para subir posiciones y terminar segundo. Estaba claro que había que correr lo justo y acomodar el ritmo a cada situación, por lo que volvemos a la reflexión del primer párrafo en este artículo…

Por todo ello, la atención mediática-mesiánica se centra ahora sobre él. Lefebvre es piloto apadrinado por Sébastien Loeb, quien con muy buen ojo parece que ha acertado a la hora de escoger su sucesor en el trono del WRC… De momento, Stéphane, con solo 22 años de edad y cara de niño bueno, tiene trabajo de aprendizaje por delante antes de hacerse el más que obvio hueco dentro del equipo oficial. Habrá que ver lo que da de sí el Campeón junior del ERC y del WRC cuando Citroën lo siente en uno de los WRC con el que tiene comprometidas dos carreras del Mundial de Rallyes. Expectativas está levantando muchas y nivel no parece faltarle.

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