De vikingos, galos y sus descendientes en el mundo del Rallycross

| 01/09/2014

Pues no. Hace unos años el Campeonato de Europa de Rallycross (la que era máxima expresión en esta disciplina) no era como el actual FIA Wolrd Rallycross Championship. Por entonces la extinta división 1 (ahora Supercar) no contaba con imberbes jovenzuelos que corren con la misma soltura que twitean, carecen de un solo gramo de grasa y bien valdrían como modelos para un anuncio de gayumbos; que va! al contrario.

Por entonces, en su mayoría (casi como ahora, si hablamos de nacionalidades) eran nórdicos de tres metros de altura que rozaban los doscientos kilos de peso, su piel tenía cinco centímetros de grosor y sus manos el tamaño de una llanta de dieciocho pulgadas. No marcaban abdominales, solo tenían uno que mantenían con copiosos asados de reno que organizaban en los parques de asistencia entre manga y manga clasificatoria. Es más, por un momento dudabas de si eran pilotos o no, hasta que veías su mono ignífugo remangado en la cintura, único elemento que servía para distinguirlos de quien era el mecánico o de quien conducía el camión (aunque muchas veces eran ellos los que lo hacían).

Pero eran así, y de la misma forma que contestaban a tus preguntas con monosílabos que impactaban en tu cara como golpes del martillo de Thor, en pista eran un auténtico espectáculo. Ver a Per Eklund (el hombre Saab) un sexagenario batiéndose el cobre con el resto de rivales en la primera curva de la final, al estilo «ma***ón el último», no tenía precio. Él es solo un ejemplo, porque el resto eran igual. Aquellas fueron carreras que marcaron una generación.

Ahora, con esto del nuevo Mundial, muchos se han jubilado, otros han buscado nuevos horizontes empresariales o incluso han delegado en su descendencia, quien es ahora la encargada de mantener la estirpe… bien es cierto que en una situación completamente distinta.

Así, no es de extrañar ver en campeonatos nacionales a pilotos y equipos con apellidos como Hansen o incluso Pailler, uno de los pocos no nórdicos que en su momento (Jean-Luc, francés para más señas, con aspecto y pinta de galo de las series de Asterix cuando se deja barba) se mantuvo en la pomada e incluso obtuvo el título europeo de la división 2 en 1993 con un Citroën BX Turbo 4×4. Por cierto, es y siempre ha sido fiel al grupo PSA.

El Pailler de los once títulos nacionales en su Francia natal ha dejado el camino libre a Jonathan y sobre todo a Fabien quien, precisamente, estará presente en la próxima cita del Wolrd Rallycross Championship en el circuito francés (cómo no) de Loheac (6 y 7 de septiembre). Ya ha adelantado que va a por todas con su Peugeot 208 de la categoría Supercar.

10547664_705617216152764_910134410930866637_n

La de Fabien será una de las novedades en la inscripción de esta prueba, junto con la de su máximo rival en la lucha por el título en el  Campeonato nacional de esta especialidad, JB Dubourg, o el vigente campeón, Jerome Grosset-Janin. A buen seguro un trío de armas tomar para el resto de competidores.

Ellos se unirán a los habituales de esta disciplina, con el noruego Petter Solberg al frente de la clasificación, siendo el encargado de poner la nota de color una de esas figuras mediáticas que arrastra la internacionalización del Mundial de Rallycross: el gimkhanas Ken Block. En total, 37 equipos han formalizado su inscripción en la máxima categoría (supercar), 32 en S1600 y 10 en Touringcars. 

Loheac pondrá el resto. Como viene siendo habitual, es una de las citas más seguidas, con decenas de miles de aficionados dispuestos a vibrar y apoyar a las nuevas generaciones de su país. Promete ser intenso este  próximo fin de semana en la Bretaña.

 

Sentimos molestarte con esto de las Cookies, lo que nos mola son los Rallyes pero es por imperativo legal. Puedes ver aquí la Política de Cookies, si continúas navegando te informamos que la estás aceptando ;)    Ver Política de cookies
Privacidad